¿Qué se te viene a la mente cuando piensas en kétchup?
¿Kétchup? ¿Katchup? ¿Botella grande? ¿Botella pequeña? ¿Boca arriba? ¿Boca abajo?
En su última campaña, Kétchup Heinz pidió a la gente que dibujara una botella de kétchup, con el resultado que la compañía esperaba: Todo el mundo dibujó la famosa botella de Kétchup Heinz.
Con esta campaña de Heinz podemos observar dos fenómenos:
Primero, que las marcas son capaces de posicionarse por encima del propio producto (no pensamos en pan de molde, pensamos en pan Bimbo, no pensamos en yogures, pensamos en Danones).
Segundo, que posicionar al usuario como centro de la campaña es una tendencia que ha venido para quedarse.
Pero, ¿a que se debe este fenómeno? A que los usuarios, bombardeados durante años en multitud de plataformas (televisión, radio, prensa, publicidad exterior, internet, redes sociales...) están más que cansados de los anuncios convencionales que les dicen qué deben comprar y por qué.
Sin embargo, este tipo de campañas sitúan al usuario como centro del anuncio, como protagonista. Cuando te encuentras con que tu dibujo del bote de Kétchup Heinz es el que se está utilizando como campaña de exteriores y como etiqueta para las botellas, ya no huyes del anuncio, lo buscas. Buscas enseñarle a todo el mundo que ese dibujo es tuyo, que formas parte de Heinz.
Y no solo eso, sino que todos los usuarios que vemos la campaña ya no vemos un anuncio rodado para convencernos de que compremos su producto, vemos a una marca real, tangible, como tu y como yo, que ha conectado con sus usuarios y que ha buscado hacerles protagonistas en vez de intentar venderles algo.
Todos debemos tomar nota de esto, porque ahora más que nunca debemos pensar en los consumidores y darles protagonismo, que se sientan parte de la marca. Porque esa es la realidad: Sin sus consumidores, la marca no sería conocida, no se compraría y, por lo tanto, no podría existir.
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